sábado, 22 de noviembre de 2014

Gusanos



Amaos en la vibración del mundo,
silencio: todo se desvanece, es cierto.
Todo muere detrás de la apariencia,
la vida acontece sólo al otro lado del telón.
Pero algo más profundo está aquí,
no palpita en modo dios, con palabrería cósmica.
No está lleno de azúcar primaveral, de relente ficticio.
Late como la tierra. No sois vosotros a través.
No se mira en el espejo compasivo,
no gime en las noches sin abrazo,
oh, no forma parte del tiempo vermicular.
Todo queda detrás de la mente,
limpios ya en el sosegado dolor de haber nacido
y estar aquí, sin elección, como un milagro.
Disimulad en los nidos del amor,
parid hijos, sobrevivid al desencanto;
eso es, multiplicad el grito silencioso del pánico.
Algo más profundo nos llama y nada vemos
por encima del diseño equivocado,
nada hacemos contra ese muro.
Solos, solas, al final de este accidente.
Desnudos de artimañas e invenciones
dejaremos un mundo deleznable
y tendremos que enfrentarnos a ese pálpito,
a la verdad de lo que somos,
al inmenso vacío.


martes, 18 de noviembre de 2014

Viejas glorias


Ay de mí, claman los espejismos

cuando me descubro en los ojos equivocados

sin saber que quizá me estoy salvando,

nos estoy salvando de ser viejas glorias

en las habitaciones del invierno.

martes, 4 de noviembre de 2014

Melancolía


Hambre de vértigo en todas las esquinas de la noche,

la causa perdida del pasado golpea las puertas:

tus nudillos, tus ojos descomponen el techo,

tus labios buscan forma entre los míos.

 

Somos tenues acechando en la cordura,

somos melancolía, velada trampa futura, somos lo incierto.

 

Y abres las manos y escucho los lobos en la ciudad

cruzando soledades para venir a comer de las mías.

 

Cómo decir que no: eres suave, estás triste,

quieres amar pero sólo describes paisajes baldíos,

y anidas en mi corazón buscando silencios.

 

Desprendida del tiempo y los nombres te recibo,

jauría de sombras, cansado verso, verdad oculta,

cae conmigo al fondo de aquello que somos unidos.

 

 

martes, 21 de octubre de 2014

Yo parezco un silencio


La luz biliosa de las calles,

uniforme como un mal que extiende sus aguas,

invade la noche temprana; la noche y su grito.


Yo parezco un silencio.


Parezco una ausencia cuando camino sin rumbo,

cuando regreso a cualquier lugar viciado,

esperando encontrar, qué se yo, azar y desconcierto.


Como si detrás de una esquina amaneciera

un futuro soñado,

como si las flores brotaran de golpe

de las alcantarillas,

como si alguien estuviera esperándome

detrás de cada excusa.


Pero una letanía arcaica y nauseabunda

me aparta de todo lo que es para otros, pienso.


Y pienso a menudo que la ciudad me estrangula

y que convertimos el tiempo en un arma

para herirnos, para hacernos daño a nosotros mismos.


Cuál es el propósito.

Dónde responderá el amor.

Cuándo callará el enemigo, me pregunto.


Yo parezco un silencio,

una pequeña partícula en esta urbe tan triste

que encierra dentro de su oscuro corazón

todas mis palabras.


martes, 23 de septiembre de 2014

La brecha.


El idioma de los astros,

sus presunciones, mi enajenación.

Un nuevo otoño acecha tras la rabia

y la tristeza nos escupe en la cara,

temprano, con el primer frío,

con los muchachos sentados en los bancos

fumando porros, besando la nada.

He caminado tantas veces

por ese peligro silencioso, por ese cable

de cordura frágil,

por esa brecha.

He reinventado tantos nombres,

tantas vidas en la misma,

he soñado tanto con ser otra, otro, todos,

que ya no puedo distinguirme

si no es despedazándome en el verso.  

Breve consuelo, ojos de perro,

parejas copulando de veras,

saber, saber que el mundo tiembla,

convulsiona de vez en cuando.

Y creer en eso, brevemente,

es un alivio cotidiano, como si algo hermoso

fuera a pasarnos de pronto,

algo hermoso, un cambio drástico,

un amor, un morirse al fin y al cabo.

 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Septiembre


Morir, discernir la noche, romperse la mirada.

La sensación pendular del corazón,

el movimiento de la sangre y del vino,

mi cabeza entre las manos del monstruo,

el beso largo y triste después,

como un paisaje de lluvia,

calándonos por dentro.

Soplar en las heridas de otros,

curar las camas y las mudanzas.

Tanto para qué, para qué,

te pregunto ebria de caos,

si mañana lo invadirás todo de silencio

y de paisaje invertidos.

miércoles, 30 de julio de 2014

Algún día



Este silencio séptico.
El valle y luego la cumbre y luego el averno y los cascabeles del diablo en tu ventana.
Diosas frenéticas del pensamiento, este sabor de Sabbat, inaugural canción del invierno.
Este asunto turbio de los cuerpos que se usan, este manoseo sin palabra,
este ir y venir de las fiebres en los aleros, esta juventud, este desperdicio.

Me pregunto cuándo, en qué momento la mirada se vuelve herida.
El amor en cuarentena, los campos arrasados, la soledad que se alza hermosa entre las ruinas.

Algún día estaremos  ya muy lejos y no tendremos tanta hambre,
no seremos tan feroces, el deseo no abrirá esta puerta prohibida ni la siguiente.
Algún día, una extraña paz visitará las tumbas del pasado.

Algún día no seremos más esa niebla en el pecho,
un silencio inhabitable,
los ataúdes de lo ilusorio.


















Fotografía: Jessica Tremp