jueves, 26 de septiembre de 2013

El camino del humo



Las estrellas, las últimas luces,
las estelas de los coches sobre un pavimento sucio y oscuro.


El silencio que impregna el camino, las manos que apartan el viento.

 
La presencia dentro de mí cuerpo, la respuesta que estaba buscando:
latente y húmeda.


Tu manera de trazar bonitos márgenes donde yo permanecí
a la espera de nada, mordiendo el vacío.


Pero estoy lista para irme, cariño.


He llorado lo mismo todo el tiempo y he caído en las mismas aguas
donde caen mis iguales, partículas de dolor,
la cáscara del frío, mi desesperanza asfixiándose.


Las calles me alejan cada vez más de lo irreal de tus ojos
y  voy acercándome a mi centro, oscuro todavía.

 
Estoy lista para quererte, cariño,
desde mi espacio y mi memoria donde ya no necesito
ni tus respuestas ni la noche que tembló para nosotros.


Este es el camino del humo.

 
Quizá el lado salvaje y oculto que busqué naciendo
y que sólo se encuentra muriéndose un poco día a día, beso a beso.

 

La mañana surge entre tejados y cables de luz,
el mundo brilla para nosotros con su canción más triste.


Se agotó el veneno, mi vida.
A mi me nombra la mañana azul y me entrelazo a ese futuro
donde ya no estás para necesitarte.