miércoles, 18 de junio de 2014

Las afueras

En sueños abren los monstruos mi puerta,
al otro lado de las cicatrices hay un ruido de edades que no cesa.
Junto a mi cama un despeñadero, una fosa de inquietudes.
Qué raro porvenir hay en las estrellas, qué artefacto es este corazón,
por qué no salto al vacío de mi vida, por qué archivamos las causas.
Como un virus la rabia extiende su atributo, devora esta ciudad,
sus gentes enferman, mis ojos se nublan todas las noches.
Todos los caminos son periferias de algo,
siempre estamos en las afueras.
La pesadilla recurrente del futuro, un desastre a medias
y aquello que nos destruye no nos fortifica tanto.
Lágrimas, pequeños recorridos por la muerte,
¿dónde el descanso?
Cada vez hay más sangre en las palabras
y menos gente en el silencio.

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