viernes, 4 de julio de 2014


The end


Pantallas en blanco en negro.
Los créditos vacíos.
Los teléfonos sólo murmuran el eco del verano.
Acaricia mis sienes la brisa de la noche,
todavía te pienso
y la orquesta del corazón me mira atenta
esperando el siguiente compás.
Pero yo sólo leo libros,
miro los árboles, los lagos,
me dejo abrazar por mis fantasmas.
The end en las esquinas
ya sin nosotros derramando espejismos.
Todo es tan real, tan definitivo...
Hemos acabado con otro sueño.
Los cines se vacían.
La ausencia arde sobre el asfalto,
las tardes compactan su nada.
Somos un exilio constante.
Ya podemos caminar libres
sobre nuestros cristales rotos.

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