martes, 28 de agosto de 2012


Recorrer la Antártida de tus sueños,

acudir al trino de tu pequeña alegría y florecer

como si siempre fuese Abril, como si nunca fuera tarde.

Vida que me das la llave antigua de mi alcance,

estoy besándole las manos a quién me abre en la noche.

Partiremos sin preguntas, sabremos del amor y sus mil caras,

podremos renombrar historias y envenenarnos de nuevo.

Pero ya todo será distinto bajo la luz del tiempo,

todo se volverá real cuando sepamos irnos

y no escondamos nunca más aquello que somos,

aquello que nunca nos pidieron.

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