lunes, 18 de noviembre de 2013

Mis lágrimas en tu chaqueta.

A Antonio.


La noche se ha vuelto roja y fría y me duele en los labios
como una herida reciente y húmeda.

Me tomas de la mano, miramos juntos el nudo
que forman nuestros miedos y nuestras esperas.

Dentro del coche, con la madrugada desangrándose en el exterior,
veo en ti lo que he perdido y me derramo en las palabras,
en los gestos, en la suave luz que hay en tus ojos.

Janey don't you lose heart,  canta Bruce
y tú me abrazas en silencio y el silencio es todo cuanto tengo;
pero a veces, como ahora, la ternura me hace alguien
y contigo todo es fácil, todo relumbra de otro modo.

Veo mis lágrimas en tu chaqueta,
pequeñas sendas de una verdad que al fin respira.

Más allá de las barras de los bares, de las fiestas,
de las caricias furtivas, de la vuelta a casa, del último cigarro,
más allá incluso de mi delirio y mi desgaste,
estabas tú y no te has ido, te has quedado conmigo como nadie.

Mis lágrimas en tu chaqueta,
y una rabia suave, los hombres de repente destruidos en tu pecho.

Y la noche se hace dulce aunque me duela
porque en tus manos tibias pulverizo la injusticia, las razones
y me vuelvo un ser que nunca he sido, una verdad abierta,
una falta de miedo tan hermosa como frágil.

Tú que me proteges de esa tormenta de imposibles
que me asalta cuando bajo a los infiernos de mi vida,
tú contra mis monstruos, mi gran héroe,
dándome la mano incluso antes de que caiga.

Todo cuanto fuimos brilla ahora intensamente
y por tantas cosas que me asedian no te suelto; no te alejes.  

Mis lágrimas en tu chaqueta, y ese incendio donde juntos
somos la canción desesperada de la noche;
la cálida caricia del amigo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

http://www.youtube.com/watch?v=r3RldNm9l1Y

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