domingo, 25 de mayo de 2014

How empty everything is



La sonrisa cínica de la ciudad,
sus ojos llenos de noche,
el neón de la palabra saldo,
una esquina donde nadie espera.
Qué vacío rompe en la siguiente calle,
cuando ya las sombras
lamen de mis manos restos de esperanza
y yo deambulo.
Busco árboles siniestros,
busco ausencia de estrellas,
me golpea un alarido de viento.
Qué dulce besa la negrura
cuando a solas nos dejamos.
Qué armonía hay en la tristeza suave del recuerdo.
Y entonces
todas las avenidas me acercan al verso,
los autobuses pasan cerca del estallido
y en todos los edificios
habita la luz ajena del limbo.
Qué vacío está todo en el conjunto,
qué soledad nos reconstruye por dentro
cuando poco nos falta estar locos,
o para ser felices. 


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