jueves, 13 de septiembre de 2012


Fija en mí el instante,
relámpago en las sombras estáticas.
Llévame al templo de los cuerpos, al centro de los astros:
enciérrame allí como si fuera eterna,
alójame en los jardines imprecisos del recuerdo,
tócame de vez en cuando.
Yace sobre mí tu tiempo detenido,
quieto el fuego de tus ojos renunciando,
todo perece fuera del minuto en que te quedas
perpetuo en la memoria del ahora respirando.





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