miércoles, 7 de noviembre de 2012

Cosa de otros.

Para vivir en el viento, tú,
mi pequeña órbita de silencios y tempestades.

Y esta lluvia desafinada en las calles,
mi falta de rutas, de precisión,
esta sobriedad.

Arañar el corazón de los hombres, sucio oficio,
y levantar todas las excusas del mundo
para no soltarse,  para no renunciar a lo escrito.

Guardar la munición sólo por si acaso
y disfrazar de ternura estos miedos.

Cómo negarle a los labios el beso libre del cambio,
cómo resistirse a esta obscenidad de la noche.

Siempre temo al amanecer, dulce dolor.

Amar es cosa de otros y tú,
pájaro de la memoria,
tiemblas siempre  entre  mis manos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

"Arañar el corazón de los hombres, sucio oficio,
y levantar todas las excusas del mundo
para no soltarse, para no renunciar a lo escrito."

Gigante.