La guarida de la noche: belleza siniestra.
Voy asesinándome lentamente sobre las líneas.
Oscuras conexiones entre el motivo y la consecuencia.
Todos los principios contienen esa dosis de ficción
y esto ya lo sabíamos, ya hemos probado antes ese sabor.
Qué nos diferencia del resto, hacia qué lado caerán las palabras
son incógnitas más sombrías y vuelve el frío a mis párpados:
Tengo que liberar esta jauría de voces pretéritas,
ser oscura sólo a medias, sólo en este salón desabrigado
donde la renuncia envuelve tu mirada sin nadie.
Muerde mis labios el tiempo y la noche,
duele en la conciencia esta fórmula de olvido:
delicado equilibrio del viento, la medida justa de ternura,
y esta precaución de los cuerpos en sus límites
para no morir de nuevo en el intento.
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