martes, 2 de octubre de 2012

Materia del encuentro.

Encierra su cuerpo acuarelas y espuma, el deseo vertical y esta pretensión de hallarse en los laberintos de la noche donde me hace oscura y acuática.

Deja el tiempo suspendido en cada prenda que libera de mí, de los designios, de la mentira.Es este despojo de mis labios el alfabeto errado de lo que he llamado amor. Es esta falta de instrucciones y de leyes en mi tiempo donde le hallo persistiendo.

Cae conmigo a la profundidad del sigilo. Se contiene la duda bajo el beso.

Su mano entre las mías es un pájaro que tiembla y aletea, y yo amo la vida en las ventanas. Mi inédito viaje hacia el bosque de su silencio impreciso. Mi cóncavo pasado frente a la expansión del amanecer tras las persianas.

Cada día dejo mis adverbios en sus brazos sin prisa, mis preguntas en sus labios descubriéndome, el poema en su secreto escondido.

Sigue trazando órbitas. Sigue avivando el estímulo de caer en un lecho de astros. Estamos hechos de principios y finales, materia del encuentro. Abriendo las cárceles de la palabra, sigo hallándole más allá de las nociones del amor en las que ya no creo.





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